jueves, 22 de julio de 2010

Poesias De Mi Tio Carlos Mamonde

Lo grave fue implacable,
sin piedad su arrebato de tu perfume hizo
y clavó hondo en la nieve la
forma extrema de tu corazón;

se muy bien que fue entonces
cuando ventanas… puertas, ateridas pestañas,
murieron clausuradas,
para jamás oírte

Pero lo grave se desplegó sin tregua
y vieron la caducidad…

sólo mis ojos y la lluvia serena
retaron a la nieve
y al ensueño del tiempo


La tierra devastada…






2

No,
no aceptes la prédica ni el mapa,
ni el más secreto código del bosque…

¡ procura no enviar cartas en mitad de la noche!

Y ausente ya tu frente de la luz…la baldía;
rechaza el orden y el sentido:

No existe otra vereda que la pena incólume.






3

Aquel hermano tuyo, el soñador
de goces
de lenguajes
de estigmas…

no pudo con el tiempo.


Nadie es cómplice del acontecer.
La roca se hace niebla en el mísero acto.

Acaso si,
acaso te tuviera, si

abriría mi boca:

expulsaría incertidumbre de las huellas…






4

Hay mujeres y hombres que ignoran el terror
(¡ Inverosímil !)

y viajan por países bajo nubes de espuma.



Ante ellos yo hablo como aquellos que callan.

Por eso sobrevivo;
Como polvo invisible…






5

No existe carne humana ni bestiales pupilas.
Ni ángel que cayera.
Ni victoria.
Ni trueques.

Nadie de nonada, nadie
que conozca el vacío
espacio de tu pena.

Ni te toca la lengua ni la filosofía:
escritos de la anemia

vacancia de la espera…






6

¿ Recuerdas el caballo
de tu infancia postrera;
el primitivo hueso que subió a la montaña?


Ese animal herido
acaso fue quien viese
las palabras del árbol,

la frontera que fluye,

la más tardía cresta,

que avanza entre la sangre

avanza, avanza, avanza…



¿Recuerdas el caballo, veloz como paloma?

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